Álvaro Tiayna Imio es Terapeuta y Acupunturista, también es el creador de Sendero Saludable, espacio que cuenta con una consulta en Santiago y en donde, además de la atención a pacientes, se ha dedicado al estudio y a la elaboración de preparados medicinales en base a plantas.
Viene de un linaje huilliche-lafkenche, su tuwün materno está en Pangimapu, San Juan de la Costa, territorio Kunko. Su inquietud por dedicarse a la sanción en base a la medicina natural nace de estos orígenes y como una respuesta natural a la reflexión que surgió tras años de practicar y competir en artes marciales: así como en el combate estaba dispuesto a lastimarse o lastimar, quería también aprender a sanarse y sanar.
En este diálogo abordaremos cómo la salud emocional y mental es un reflejo de la salud digestiva y viceversa, y el importante rol de sanación que cumplen las plantas.
Para partir desde el principio, ¿qué se entiende por la enfermedad?
Es la pérdida del dominio del ser. Somos conscientes que hay una fuerza vital que habita en la naturaleza que nos nutre y nos brinda equilibrio, cuánto más profunda sea esa conexión mayor será nuestro fuerza interior y mayor será nuestra energía defensiva para restablecer ese equilibrio perdido que nos causó alguna enfermedad.
Entonces ¿qué es estar en equilibrio?
Ser conscientes de que somos el reflejo de la naturaleza y nuestra fisiología es un sistema de coherente adaptación con su entorno. Estamos en equilibrio cuando este reflejo lo podemos llevar a nuestra propia naturaleza, sentirnos bien, contentos de lo que hacemos, de lo que somos, de lo que tenemos, reconocernos en los demás es lograr armonía y equilibrio para un buen vivir, Kume Mongen. Esto es el reflejo de seguir ciertas normas, por tanto, este estado de armonía interior dependerá de la relación que tenga la persona con sus pares, con la naturaleza, su cultura, el mundo sobrenatural y espiritual. Siempre tiene que haber, equilibrio en reciprocidad y respeto en todo ámbito.
¿Cómo se logra el bienestar?
Cuando ponemos en práctica lo anterior hay dominio del ser, somos seres concientes, despiertos, de nuestro entorno, de nuestro universo interior. Hay cosas que no se pueden cambiar, pero sí esta en nosotros poder adaptarnos a ciertas condiciones tanto físicas como emocionales para que no nos afecte tanto o tengamos el valor para hacer los cambios que queremos para nuestra vida. El ambiente en que nos rodeamos también puede ser modificado ya sea nuestro hogar, espacio laboral, o social. Crear lazos afectivos reales, cultivar vínculos, hacer comunidad, ser conscientes de a quiénes dejamos ‘entrar en nuestra sruka’ (casa) física y espiritual.
¿Cuáles son las afecciones más recurrentes en tu consulta?
Estrés, alteraciones del sueño, intranquilidad, miedos, sobre pensamiento, irritabilidad, angustia, pena, emociones que van mermando la salud digestiva causando alteraciones en sus funciones. Post pandemia el sobrepeso y disfunciones hepáticas eran muy recurrentes por la mala alimentación y nula actividad física, el encierro y el poco contacto fueron afectando el equilibrio mental y emocional o te contenías o despertabas toda tu furia. Por ejemplo, ahora vemos que a los escolares les ha costado mucho volver al contacto físico, están desbordados, sumado a la situación país estamos en proceso de adaptación permanente desde el inicio de la pandemia hasta ahora sin respiro eso agota a cualquiera.
¿Cómo ayudan las plantas en estos desequilibrios?
Ellas son muy especiales, son nuestras compañeras actúan regulando y restableciendo las funciones orgánicas del cuerpo. Cada una actúa sobre un sistema en específico que está relacionado con un elemento, sabemos que plantas van dirigidas a un órgano que serían las plantas base para elaborar un preparado. Estas se asocian con otras con similares características medicinales que potencian el efecto sinérgico que se busca conseguir, es decir depurando, drenando, tonificando, eliminando, mineralizando, armonizando según sea el caso. Para nosotros las plantas vienen a recuperar y despertar esa memoria perdida que se ha venido gestando por el desarraigo con el mundo natural.
¿Qué plantas pueden ayudar para regular el estado emocional y mental?
Cada caso es un universo único y particular -como te mencionaba antes- es importante para lograr un equilibrio emocional y mental estar atenta a tus espacios, a tus relaciones, velar siempre por una higiene mental-emocional. Hay cosas que no merecen ponerle tanta mente, lo importante es fluir no quedarse pegado en lo que no fluye: lo que no fluye no es para ti, así de simple. Pero recomendaría que siempre mantuvieran en su casa: Manzanilla, Menta, Melissa, Pasiflora, Romero, Hojas de Naranjo. Pueden mezclar algunas para potenciar el efecto y tomar en infusión después de almuerzo y antes de ir a dormir.
¿Y para regular el sistema digestivo?
Para casos crónicos se necesitará un tratamiento de varias semanas y un ramillete de hierbas. Pero a modo de mantener una digestión adecuada, las que más usamos son el Paiko, el Boldo, Cedrón y la Albahaca. Este es un cuarteto digno de tenerlas juntitas.
Para ayudar a nuestro hígado a eliminar toxinas diría el Matico y el Platero, y agregaría el Diente de León.
Para la salud intestinal primero siempre beber abundante líquido, bueno, siempre que iniciamos un proceso depurativo el beber líquido es clave para estimular las funciones diuréticas, siempre preferir líquidos tibios o a temperatura ambiente, nunca fríos o congelados. Y por supuesto eliminar o restringir ciertos alimentos como los refinados y proteína animal. Las plantas que te pueden ayudar son hojas de Apio, Maqui, Poleo y el Hinojo.
En este diálogo Álvaro nos comunicó la importancia de relacionarnos con las plantas de una forma respetuosa, entender que ellas se sacrifican por nuestro bienestar pues al igual que cualquier ser de la mapu son seres con una frecuencia, una vibración y una energía propia, portan la fuerza del ngen (guardian) del territorio donde nacen y crecen. Al ingresar a nuestro torrente sanguíneo potencian, regulan y sanan el desequilibrio de un determinado sistema u órgano, es algo que debemos agradecer y valorar. Por eso es muy importante aprender a sentir las plantas, además de conocerlas, vincularse con ellas desde un plano más espiritual, desde los sentidos, no sólo desde la información, darle un espacio a conexiones mágicas que escapan del intelecto.
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